El término «fobia» hace referencia a una amplia gama de trastornos psicológicos como la agorafobia, la claustrofobia, la fobia social, etc.
Una fobia se caracteriza por un miedo irracional a una situación específica, como el miedo a un ascensor, o a un objeto específico, como el miedo a las arañas. La persona fóbica es plenamente consciente de su miedo. Por lo tanto, hace todo lo posible para evitar una situación u objeto peligroso.
Si hablamos de la ofidiofobia, es decir, el miedo a las serpientes, entonces una persona, por ejemplo, no tendrá dificultad en evitar a este animal.
Otras fobias, por otro lado, son difíciles de pasar por alto en la vida cotidiana, como el miedo a las multitudes o el miedo a conducir. En este caso, la persona fóbica intenta, muchas veces sin éxito, superar la fobia que le produce esta situación.
La ansiedad que acompaña a la fobia puede convertirse en un ataque de angustia y agotar rápidamente a la persona, tanto física como psicológicamente. Tiende a aislarse gradualmente para mantenerse alejado de estas situaciones problemáticas. Tal evitación puede tener consecuencias más o menos graves para la vida profesional y/o social del fóbico.
Hay diferentes tipos de fobias. En las clasificaciones, en un principio hay fobias simples y fobias complejas, que incluyen principalmente agorafobia y fobia social.
Entre las fobias simples se encuentran:
- Fobias a varios animales;
- Fobias, que corresponden al miedo causado por elementos naturales como tormentas eléctricas, alturas o agua;
- Fobias derivadas de sangre, inyecciones o lesiones que correspondan a temores asociados con procedimientos médicos;
- Fobias situacionales que se relacionan con los miedos causados por una situación específica, como el transporte público, túneles, puentes, viajes aéreos, ascensores, conducir o lugares cerrados.
Tipos de fobias
Según algunas fuentes, 1 de cada 10 personas sufre de fobias. Las mujeres son las que más sufren (2 mujeres por 1 hombre). Finalmente, algunas fobias son más comunes que otras, y algunas pueden afectar más a personas jóvenes o mayores.
Las fobias más comunes:
- Fobia a las arañas (aracnofobia)
- Fobia a las situaciones sociales (fobia social)
- Fobia a los viajes aéreos (aerodromofobia)
- Fobia a los espacios abiertos (agorafobia)
- Fobia a los espacios cerrados (claustrofobia)
- Fobia a las alturas (acrofobia)
- Fobia al agua (aquafobia)
- Fobia al cáncer (carcinofobia)
- Fobia a las tormentas eléctricas, tormentas (scheymophobia)
- Fobia a la muerte (necrofobia)
Fobias raras
- Fobia a las frutas (carpofobia)
- Fobia a los gatos (ailurofobia)
- Fobia a los perros (cinofobia)
- Fobia a infectarse con gérmenes (mistofobia)
- Fobia al parto (tocofobia)
A partir de un estudio realizado con 1000 personas de 18 a 70 años, los investigadores demostraron que las mujeres sufren más de fobia a las mascotas que los hombres.
Miedos infantiles «normales»
El niño suele tener algunos miedos y encajar en su desarrollo normal. Entre los miedos más comunes se encuentran: ansiedad por separación, miedo a la oscuridad, miedo a los monstruos, miedo a los insectos, etc.
A menudo, estos miedos van y vienen con la edad. Sin embargo, si ciertos miedos tienen un efecto notable en el comportamiento y el bienestar del niño, no dude en ponerse en contacto con el pediatra.
Diagnóstico
Para hacer un diagnóstico de una fobia, debe asegurarse de que la persona tenga un miedo persistente a ciertas situaciones u objetos.
Una persona fóbica siente terror cuando se enfrenta a una situación u objeto peligroso. Este miedo puede convertirse rápidamente en una ansiedad constante, que a veces puede convertirse en un ataque de pánico. Esta ansiedad incita a la persona fóbica a evitar situaciones u objetos que le generan miedo.
Para hacer un diagnóstico de una fobia, un profesional de la salud puede consultar los criterios de diagnóstico de una fobia. Puede realizar una entrevista clínica precisa para buscar signos de una fobia.
Razones
Una fobia es más que un miedo, es un verdadero trastorno de ansiedad. Algunas fobias se desarrollan más fácilmente en la infancia, como la ansiedad por la separación de la madre, mientras que otras aparecen más rápidamente en la adolescencia o la edad adulta. Tenga en cuenta que un evento traumático o estrés extremo puede desencadenar una fobia.
Las fobias simples a menudo se desarrollan en la infancia. Los síntomas clásicos pueden comenzar entre los 4 y 8 años de edad. Los niños que se encuentran en un espacio cerrado y oscuro corren el riesgo de desarrollar posteriormente una fobia a los espacios cerrados, llamada claustrofobia.
El origen de las fobias complejas es más difícil de determinar. Muchos factores (neurobiológicos, genéticos, psicológicos o ambientales) juegan un papel en su aparición.
Trastornos asociados
Las personas con fobia suelen experimentar otros trastornos psicológicos y hábitos asociados, como:
- un trastorno de ansiedad como el trastorno de pánico u otra fobia;
- depresión;
- Ingesta excesiva de sustancias con propiedades ansiolíticas, como el alcohol.
Complicaciones
Sufrir una fobia puede suponer una auténtica discapacidad para la persona que la padece. Este trastorno puede afectar la vida emocional, social y profesional de las personas con fobia.
En un intento por combatir la ansiedad que acompaña a la fobia, algunas personas pueden abusar de ciertas sustancias con propiedades ansiolíticas, como el alcohol y los psicofármacos.
También es posible que esta ansiedad se convierta en ataques de pánico o en un trastorno de ansiedad generalizada. En los casos más dramáticos, la fobia también puede llevar a algunas personas al suicidio.