El trastorno disfórico tiene un gran impacto en nuestra vida diaria. El estado de depresión puede dar lugar a una actitud negativa de los demás hacia el paciente con disforia, por lo que es importante tener al menos una idea remota de esta enfermedad. La verdad se conoce en comparación, por lo que compararemos la disforia con otra condición muy similar: la depresión.
Si miras superficialmente, puede parecer que la depresión y la disforia son nombres diferentes para la misma dolencia. En ambos casos, la persona está deprimida. Siente agresividad, irritabilidad, insatisfacción, añoranza, y se pierden todas las ganas de vivir.
En la depresión, por regla general, los síntomas son más prolongados y desaparecen después de la percepción de información agradable y positiva. El trastorno disfórico, por otro lado, disminuye cuando una persona se entera de que a alguien más que a él le está yendo aún peor. Al enterarse de que otro sufre aún más, una persona con disforia experimenta un placer superior, comparable a la euforia. Esta es la diferencia fundamental y el peligro de la disforia. En un estado disfórico, una persona es capaz de hacer sufrir deliberadamente a los demás y deleitarse con su sufrimiento.
Visualizaciones
Por el momento, se conocen los siguientes tipos de disforia:
Disforia de género
La disforia de género es una enfermedad psicológica en la que se produce un rechazo al propio cuerpo. El paciente está obsesionado por una idea obsesiva de su propia pertenencia al sexo opuesto.
Disforia poscoital
La disforia poscoital es la experiencia de un estado de melancolía, inquietud, falta de sentido después del coito, por muy exitoso que haya sido. La naturaleza de esta enfermedad aún no ha sido establecida.
Disforia premenstrual
La disforia premenstrual es una condición irritable durante el período premenstrual en las mujeres causada por cambios hormonales.
Sintomáticos
Disforia de género:
La disforia de género se caracteriza por la dificultad para darse cuenta del propio género. Es decir, una persona sujeta a esta enfermedad puede identificarse con el sexo opuesto, sentirse en el cuerpo opuesto. El público estigmatizó a esas personas como transexuales.
Los signos de esta enfermedad pueden aparecer incluso en la infancia, cuando el individuo desarrolla una conciencia de su participación en un género particular. Durante la edad de transición, un paciente con disforia de género puede curarse parcialmente debido a la restauración de un equilibrio entre las hormonas femeninas y masculinas que es competente para su sexo. Pero también existe la posibilidad de que la condición del individuo empeore notablemente.
En formas leves de disforia de género, el individuo intentará acercar su apariencia lo más posible al sexo opuesto. Un hombre se vestirá como una mujer, se dejará crecer el cabello, comenzará a usar cosméticos y viceversa. En una forma grave de la enfermedad, una persona puede incluso decidirse por una operación de cambio de sexo.
Disforia poscoital:
La disforia poscoital es bastante fácil de diagnosticar. Este trastorno disfórico aparece después de las relaciones sexuales y puede durar desde varios minutos hasta varias horas. Durante este período, una persona sujeta a disforia poscoital puede experimentar un declive en el estado de ánimo, insatisfacción, una sensación de impotencia y una sensación irracional de falta de sentido de lo que está sucediendo.
Muy a menudo, esta enfermedad se observa, por regla general, en los hombres. Después del coito, sienten su imperfección o la imperfección de su pareja, e incluso pueden llegar a declaraciones agresivas de su descontento con él.
Disforia premenstrual:
Este trastorno disfórico es inherente a la parte femenina de la población. Los síntomas de este trastorno pueden ser bastante variados. Entre ellos: llanto, vulnerabilidad, capricho, irritabilidad, etc. Pueden aparecer dolores de cabeza, calambres, pérdida de apetito. Esta enfermedad se manifiesta como resultado de cambios en el fondo hormonal en el cuerpo de una mujer.
Tratamiento de disforia
El enfoque para el tratamiento de la enfermedad en su conjunto depende del tipo y grado de su gravedad. No se recomiendan medicamentos para la disforia leve, ya que son adictivos y pueden aumentar la gravedad de la disforia.
Para empezar, sería más inteligente evitar situaciones estresantes. Si la disforia es causada por un evento traumático, puede hablar con un psicólogo o ver a un terapeuta. Con disforia severa, un psicólogo no ayudará. Aquí necesita una conclusión competente de un psicoterapeuta y un tratamiento adecuado o prescripción de medicamentos.
Breves deseos para los lectores
En el mundo moderno, las personas a menudo son propensas a la depresión y al estrés. Ya sea un préstamo impago o muchas horas de atascos, todo esto puede provocar diversas lesiones y dolencias psicológicas. El conformismo es inherente al hombre moderno. La mayoría de las personas dan por sentadas sus enfermedades, sin pensar en las verdaderas causas de su enfermedad.