El 1 de diciembre de 1949 nació el delincuente multimillonario más rico de la historia, Pablo Emilio Escobar Gaviria. El nombre de esta leyenda del mundo criminal ha estado durante mucho tiempo fuertemente asociado con las sustancias estupefacientes, principalmente la cocaína.
Infancia
De niño, Escobar era un matón de poca monta, pero pudo convertirse en el narcotraficante más poderoso de la historia de la humanidad. Escobar comenzó su carrera criminal a una edad muy temprana. Vivía en el pueblo de Río Negro, que estaba ubicado a tres decenas de kilómetros de la colombiana Medellín.
La madre de Escobar era maestra y su padre era un campesino común. En su juventud, Pablo cayó bajo la influencia de una compañía no muy buena, comenzó a robar bicicletas y fue condenado por hurto más de una vez.
Cartel de la Cocaína de Medellín
En el año 1977, Pablo, con el apoyo de tres importantes narcotraficantes, crea la alianza de narcotraficantes más poderosa que jamás haya existido, llamada Cartel de la Cocaína de Medellín, que tiene su propia red de distribución de drogas e incluso incluye submarinos y aviones.
Una gran proporción de las drogas se introdujo de contrabando en los Estados Unidos de América. Por la venta de un kilogramo de cocaína, Escobar recibió unos 5 mil dólares de ingresos netos. Cada año, Escobar contrabandeaba unas 95 toneladas de drogas a Estados Unidos, lo que le reportaba ganancias por 3.000 millones de dólares.
El capo de la droga tenía sus propios laboratorios, ubicados en lo profundo de la selva de Colombia, donde se fabricaba la cocaína.
Estrategia de narcotraficantes
Escobar rápidamente se dio cuenta de que la actividad política ayudaría mucho al desarrollo de su negocio, por lo que en 1982 pudo ser elegido para el Congreso de Colombia. Este estatus lo hizo inviolable, por lo que la construcción del imperio de la cocaína comenzó a ser aún más activa.
Sin embargo, en el año 1984, Escobar deja de involucrarse en la política, pues su condición ya ayudó a resolver todas las disputas surgidas.
Pablo claramente se dio cuenta de que el apoyo popular lo ayudaría mucho a protegerse de la persecución de las autoridades. Ayudó activamente a los colombianos pobres, se dedicó a la construcción de albergues, carreteras e incluso nuevas zonas residenciales. Tal cuidado lo convirtió en un verdadero dios para los habitantes de los barrios marginales de Medellín.
En el año 1989, la publicación autorizada «Forbes» estimó la fortuna de Pablo en unos increíbles $ 30 mil millones. El rancho de Escobar tenía una superficie de 3000 hectáreas, incluso tenía un aeropuerto personal y un zoológico. En agosto de 1989, el gobierno declaró la guerra real a Escobar. El motivo fue el asesinato de una docena de jueces supremos. Después de unos meses, las autoridades confiscaron todas las propiedades del capo de la droga, algunos de sus socios fueron a la cárcel y él mismo huyó a toda prisa.
Sin embargo, Pablo respondió con mucha violencia orquestando el asesinato de Luis Carlos Galana, el principal candidato presidencial, y destruyendo un vuelo comercial con 107 personas a bordo. La venganza llegó el 2 de diciembre de 1993, cuando Pablo fue asesinado por uno de los francotiradores de la policía colombiana. El capo de la droga tenía solo 44 años.
